- 15 de octubre de 2025
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, sorprendió a propios y extraños al considerar retirarle los partidos del Mundial 2026 a una de las sedes

El Mundial 2026 todavía no arranca y ya tiene su primera polémica política, a menos de un año del inicio del torneo, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, volvió a encender la conversación al amenazar con retirar los partidos programados en Boston, una de las once sedes que el país tendrá en la Copa del Mundo que coorganiza junto a México y Canadá.
Mientras las ciudades anfitrionas afinan detalles logísticos, de seguridad y promoción turística para recibir a miles de aficionados, Trump volvió a colocar el tema futbolístico en su terreno favorito: la política. Sus declaraciones, como es costumbre, no pasaron desapercibidas.
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¿Qué dijo Trump sobre el Mundial 2026?
Durante una conferencia de prensa, el mandatario fue cuestionado por la alcaldesa de Boston, Michelle Wu, a quien calificó como una persona "inteligente, pero de izquierda radical".
En ese contexto, lanzó una advertencia directa:
"Podríamos quitarles los partidos. Quiero mucho a la gente de Boston, pero su alcaldesa no es buena", comentó Trump.
Trump también aseguró que "partes de Boston han sido tomadas", sin ofrecer más detalles, aunque medios locales relacionaron el comentario con recientes protestas pro palestinas que terminaron con enfrentamientos en el centro de la ciudad.
La sede mundialista afectada sería Foxborough, Massachusetts, donde se ubica el Gillette Stadium, casa de los New England Patriots, uno de los recintos elegidos por la FIFA para albergar juegos del Mundial.
Boston responde y la FIFA guarda silencio
La oficina de la alcaldesa Wu respondió con diplomacia y orgullo:
"Boston se siente honrado y emocionado de ser sede de los partidos de la Copa del Mundo. Esperamos dar la bienvenida a los fanáticos de todo el mundo a nuestra hermosa ciudad, la cuna de la libertad y la ciudad de los campeones".
Hasta el momento, la FIFA no ha emitido comentarios oficiales, aunque vale recordar que la elección y administración de las sedes no dependen del gobierno estadounidense, sino del organismo rector del futbol.
Según el vicepresidente de la FIFA, Víctor Montagliani, los contratos con las ciudades sede ya están firmados desde 2022 y cualquier cambio sería logísticamente imposible a tan pocos meses del arranque del torneo, programado para el 11 de junio de 2026.
¿Podría Trump realmente mover una sede?
En teoría, no, pero el presidente estadounidense aseguró que si considerara que hay "condiciones inseguras", podría hablar directamente con Gianni Infantino, presidente de la FIFA y viejo conocido suyo, para sugerir una reubicación:
"Si alguien está haciendo un mal trabajo, llamaría a Gianni, que es fenomenal, y le diría: ´Mudémonos a otro lugar´. No le encantaría hacerlo, pero lo haría con facilidad".
Aunque su influencia política es indudable, las sedes mundialistas están blindadas por contratos internacionales, por lo que la posibilidad de que Trump realmente modifique alguna parece más una jugada mediática que una amenaza real.
De momento, Boston sigue firme... pero con el mandatario más mediático del planeta, cualquier cosa puede pasar.
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