- 02 de octubre de 2024
Los Tuzos están obteniendo resultados deportivos y económicos apostando a sus fuerzas básicas.
Hasta hace algunos años, Pachuca era un equipo chiquitito, inconsistente, desafortunado y perdedor.
Pero un día, en el Torneo de Invierno 1999, con muchísimo esfuerzo y una pizca de suerte, en una de las finales más sorpresivas de la historia, le ganó el título de liga al Cruz Azul en su propio estadio.
A partir de ahí, los Tuzos se convirtieron en actores protagónicos del fútbol mexicano, tanto que relatar sus logros me llevaría mucho tiempo.
Recientemente, ganaron la Concachampions y con ello representarán a México en el Mundial de Clubes.
Lo hicieron con un número considerable de jugadores mexicanos muy jóvenes, apoyados por buenos extranjeros y guiados por un técnico de capacidad comprobada como Guillermo Almada.
Ese es el modelo de trabajo que deberían imitar los clubes mexicanos, por el bien de nuestra liga y de la Selección Mexicana. Lamentablemente, el resto de las instituciones, sobre todo las que gozan de altos presupuestos, prefieren competir con la cartera y no con la cantera.
Como sea, hay que felicitar y aplaudir al Pachuca por atreverse a hacer lo correcto, en una liga en la que abunda lo incorrecto.