- 02 de octubre de 2024
Los bochornosos actos que ocurrieron en los recientes días nada tienen que ver con lo hermoso del fútbol.
Entre la noche del viernes y el domingo se presentaron dos hechos lamentables en estadios de fútbol. Primero en Tijuana, donde hubo una riña entre aficionados de Xolos y Chivas, que terminó con un hombre baleado. Después, en la Copa América, donde hubo un caos en el ingreso de aficionados para la Final Argentina-Colombia.
Es realmente vergonzoso que en un lapso tan corto ocurrieran dos situaciones tan delicadas. El problema es que esto es cada vez más frecuente en México y en el mundo.
Muchos culpan al fútbol de ser un deporte que genera violencia, pero, en realidad, no es el fútbol, es la estupidez humana.
Miguel Ríos, el extraordinario cantautor español, escribió hace varios ayeres la fantástica canción llamada "El rock no tiene la culpa". Y es algo muy parecido a lo que estoy hablando. Por aquellos tiempos, un grueso de la sociedad culpaba al rock de generar jóvenes drogadictos y violentos, pero es claro que el rock no tenía culpa de nada, sino la naturaleza del ser humano.
Concluyo: el humano es estúpido, lo somos, ya vieron lo que le pasó a Donald Trump. El fútbol, en cambio, es un deporte maravilloso, que no tiene culpa de nada.